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martes, 9 de julio de 2019

SEIS FLORINES: Una historia de terror tardomedieval

Uno de los proyectos a los que me he dedicado últimamente, la elaboración de un cómic al que he titulado Seis Florines: Una historia de terror tardomedieval, ha sido seleccionado como uno de los ganadores de la 3ª Edición del certamen de Creación Universitaria Andaluza “CampusComic”, coordinado por la Universidad de Huelva, junto a otros ocho cómics de dentro del conjunto de las universidades públicas andaluzas. Desde aquí me gustaría dar la enhorabuena al resto de ganadores/as, así como a la Universidad de Huelva, y a las demás entidades implicadas, por esta nueva edición.



Guerra y brujería a finales del siglo XV
La historia de Seis Florines se sitúa a finales del s. XV, y tiene lugar en la frontera de las actuales Suiza, Alemania y  Austria. La acción se enmarca dentro de la Guerra Suaba (1499), conflicto que enfrentó a la Confederación Suiza contra las fuerzas imperiales de Maximiliano I (por entonces emperador del Sacro Imperio Romano). 

En esta contienda se pudo ver el choque de dos tipos de tropas muy características de este período histórico. Por un lado, estaban las reputadas tropas helvéticas, que llevaban demostrando su valía en el panorama militar europeo –mención especial a sus piqueros- desde la Guerra de Borgoña (1474-77). Y por otro lado, los relativamente nuevos lansquenetes, creados por Maximiliano I (c.1486), siguiendo en parte el modelo de los afamados y eficientes suizos.
Veo interesante el fin del s.XV por el cambio de época que en él tuvo lugar, afectando lógicamente a todos los aspectos de la vida. En el militar, la creación de los lansquenetes podría incluirse dentro de un fenómeno en el que el resto de ejércitos europeos se adaptaría al modelo suizo, pudiendo verse este hecho como uno de los primeros pasos que acabaría transformando los ejércitos medievales –y sus tácticas- en los ejércitos modernos que ya irían comenzando a verse en unas décadas. Pues implicaría, entre otras cosas, la reincorporación del uso extensivo de la pica que, más adelante, y junto al uso del arcabuz, constituiría la forma de luchar más estandarizada en los ss. XVI y XVII. 

Personalmente, no puedo evitar percibir los años en torno a 1500 como un curioso escenario en el que los ejércitos aún no se habían desprendido de la concepción medieval de la guerra, pero donde ya estaban familiarizándose con elementos bélicos "modernos" -p.ej. la generalización de las armas de pólvora de mano-, dotándoles, en mi opinión, de unos rasgos de lo más variopintos e interesantes visualmente.

Volviendo a ver este cambio de época generalmente, y considerando que albergó movimientos como el humanismo, que afectó al teocentrismo reinante en el medievo, me resulta curioso no sólo que las supersticiones siguieran siendo comunes en Europa, sino que en algunos aspectos pudiera decirse que incluso se recrudecieron. Prueba de ello es el terrible fenómeno de la caza de brujas que marcó esta época, y que se cobró cientos de víctimas en algunos territorios como en los correspondientes a la actual Alemania. En aquéllos días se convivía con términos como “brujería”, “aquelarre”, “herejía” o “pacto diabólico", originando una locura que dejaría huella en forma de una siniestra parafernalia; véanse algunos títulos como el infame Maleus Maleficarum (c.1486), el manual de caza de brujas por excelencia.



Proceso creativo
En definitiva, siempre llamó mi atención la mezcla de elementos tan característicos que tiene esta época, y su potencial para contar historias, y me decidí, a través del dibujo, a contar una dentro de este contextoAsí nació la idea de este cómic. Quería contar con una fuerte base Histórica –partir de una situación real- sobre la cual articular una narración que haría virar poco a poco a un terreno sobrenatural –basado en las supersticiones y creencias de la época-.

Considero interesante este proceso creativo narrativo que combina Historia y elementos fantásticos y/o sobrenaturales, y personalmente encuentro una increíble doble ventaja a resaltar en él. Por un lado creo que “incrustar” elementos fantásticos o sobrenaturales en los resquicios de la Historia hacen a esta más atractiva y misteriosa, y al mismo tiempo, estos elementos son dotados de una sensación de realidad, pudiendo hacerse más creíbles por estar bien integrados en acontecimientos que realmente sucedieron.



Guión: equilibrio entre Historia y fantasía
Así pues, necesitaba –siempre dentro de finales del s. XV-  una batalla por un lado, y por otro, algún elemento asociado de algún modo con lo sobrenatural, así como una forma de relacionar ambos entre sí. Finalmente, hallé dos fechas perfectas para mi propósito: la Batalla de Frastanz (20 de abril de 1499, durante la Guerra Suaba), donde las tropas confederadas vencieron a las imperiales, y la noche de Walpurgis (30 de abril).

El desenlace de esta batalla me serviría de punto de partida para comenzar mi historia. Así, el cómic narra algo que podría haber sucedido perfectamente: la hipotética historia de un puñado de lansquenetes que, tras perder en Frastanz, huyen hacia su tierra perseguidos por un grupo de suizos, siendo finalmente empujados, tras once días de huida, a internarse en la Selva Negra en el peor momento posible: la noche de Walpurgis cuando, según se dice, las brujas campan a sus anchas, y donde introduciría el elemento fantástico.


Recursos gráficos
La documentación histórica fue clave. Los personajes, un par de lansquenetes, visten a la moda de la época, con mangas acuchilladas y calzas bigarradas, aunque en una versión más temprana y menos exuberante de lo que estos exhibirían unos años más adelante. Portan las típicas katzbalger, con la guarda en S característica de esta época. Uno de ellos, Sigurd, luce una cruz roja –el aspa de San Andrés- en su gorra, distintivo usado por las tropas imperiales. Una muestra de la vestimenta de los soldados de este período puede verse en los distintos grabados sobre las batallas de la Guerra Suaba, como el de la Batalla de Dornach, así como en algunos dibujos de soldados de Durero (c.1500).
En esta historia se mezcla el mundo de los vivos con el de los demonios, por lo que consideré interesante emplear ciertos recursos visuales y narrativos que ayudaran a comunicar claramente la separación entre ambos, así como el modo en el que éstos entraban en contacto.

Decidí que el plano mortal estaría contenido en las propias viñetas, y el de los demonios, limitado al espacio negativo creado por éstas, consiguiendo así dos lugares distintos de acción paralela en el mismo espacio. Empleé el uso de un cántico, un hechizo –contenido en la típica banda- que debilitara la separación entre ambos planos: a su paso por las viñetas, éstas se estrecharían, aumentado y oscureciendo los espacios entre ellas, y manifestándose allí los demonios, "invocándolos". En estos momentos, la interacción física entre ambos mundos sería posible. Esto permitía un interesante juego “interior-exterior”, “positivo-negativo”, entre las viñetas y el espacio entre ellas.



Elaborar un cómic –incluso de solo 8 páginas- conlleva un buen trabajo, pues requiere abordar muchos aspectos (guión, dibujo, tinta, color, atención a su propio  lenguaje para resolver problemas comunicativos, etc...), que aumenta más aún si se añade una labor de documentación históricaPor eso, estoy muy contento de haber terminado este proyecto, no sólo por haber completado un cierto volumen de trabajo, sino por haber conseguido expresar y hacer tangible una historia en la que creía y con la que llevaba bastante tiempo ilusionado. A pesar del esfuerzo y de los contratiempos surgidos a lo largo del proceso –hasta el mismo final-, he disfrutado muchísimo dibujando e investigando sobre estos temas tan fascinantes. 

Por todo esto, el reconocimiento obtenido en esta 3ª edición de "Campus Comic" y la posibilidad que me ha otorgado de poder transmitir, comunicar y hacer visible este cómic para tanta gente me ha supuesto una inmensa alegría. En breve podrá verse publicado, y espero de verdad que disfrutéis tanto leyéndolo como yo haciéndolo.



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